El daño a nuestra zona es irreparable, lo que ha sucedido con Tocopilla y María Elena es devastador, de cada 20 casas, solamente 9 están en pie. Pero lo que más me duele, como estudiante de la Universidad Católica del Norte, es el poco compromiso de nuestra universidad hacia la zona afectada.
Recabando información a altas horas de la noche logré tomar contacto con la Stefi (Periodismo), participante activa de UCN Adelante y Carlos (Ingeniería Civil – Plan Común), están pasando por serios problemas, tras perder todo, sus casas quedaron completamente derrumbadas. A esto se suma la información que tenemos de Francisco (Ingeniería Comercial), quien también perdió todo, viajó durante el día rumbo a Tocopilla.
Conozco varios estudiantes de María Elena, donde la situación fue mucho más aguda, aún no podemos saber información sobre ellos. Además hay otro caso fuerte de Jocelyn (hogar de niñas), que la mamá sufrió un golpe en la cabeza tras desprenderse un radier.Aunque suene extraño (porque no es menor), hay casos de compañeros que sus casas quedaron con grietas, como dos de ellos del hogar de hombres, pero dado la magnitud de este terremoto, lo consideramos menos grave.
Lo que es inaceptable, que estando a dos horas de los lugares desvastados, teniendo compañeros que perdieron todo, nuestra universidad no sea capaz de respetar el llamado de la Onemi, decida hacer clases en forma regular, durante el día jueves.
Hago este llamado a los directivos de la Universidad Católica del Norte, que piensen la situación que viven nuestros compañeros, recuerden los valores en que la universidad se basa, escrito en su plan de desarrollo corporativo, donde menciona el Bien Común y la Solidaridad. Así que los invito a suspender las clases durante el día Jueves por respeto a nuestros compañeros.Somos una Universidad Católica... mantengamos nuestra identidad.
Un saludo
Rodrigo Antilef
